Nos centraremos en las esferas de poder. El armamento está preparado. Todo en orden.
Tomaremos lo que nos pertenece. Nunca olvidarán esta Navidad.
No volveremos a compartir la mesa con ellos. Mucha mierda hemos tenido que tragar durante el año. A la autoridad se les ha olvidado cómo ser agradecidos con el pueblo, con su gente, con su propia sangre. La misma sangre sucia que corre por sus venas será el pago de todas sus injusticias; será derramada para cubrir un poco del ardor creciente de odio que proviene de nuestras carencias.
Un nuevo juego será el centro de atención durante las fechas festivas. Exhibiremos las armas sin miedo e iremos a atacar las principales oficinas de gobierno, las que carecen de la protección adecuada. Una vez que estemos adentro no pararemos; la misión tiene un objetivo: miedo.
Vamos a sembrar el miedo en la ciudad así como ellos sembraron la pobreza y la violencia. Nosotros tomaremos un poco de todo lo malo y lo explotaremos con miedo para hacer reventar la cordura de los poderosos.
Recuerden que muchos ya están comprados, su posición en el juego está asegurada y a nuestro favor contra cualquier adversidad espontánea. Verán que no debieron descuidarse y ahogarse tanto en poder.
No permitiremos que continúen con la tradición de los fuegos artificiales durante la fiesta de Año Nuevo. Sabemos que en ese momento de júbilo y profunda distracción, se estrechan manos y cierran tratos; se intercambian mercancías valiosas: droga, armas y más dinero.
Hundiremos sus jugadas y haremos las nuestras. Las balas surcarán los cielos y su pirotecnia el pueblo tendrá. La sorpresa y el miedo serán nuestras bombas.
Empezaremos el año con muchos cadáveres de ratas regados por el suelo, el dinero y las armas y drogas y toda la inmundicia: el escenario brillante de la liberación.
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