Soulé, te escribo con los dolores de siempre. Con los dolores de la ciudad hundidos como dardos en el pecho. Nuestra tierra está en decadencia. Seguro que escuchaste el murmullo de la muerte de cierta persona. La muerte, algo tan cercano y tan peculiar; tan familiar a nuestro estilo de vida.
Unos dicen que fue una muerte por pasión, otros alegan que murió bailando o cantando. Nadie se pone de acuerdo. Soulé, necesitas regresar para que limpiemos la Casa Grande y mantengamos a los bichos que ya no les importa salir de día o de noche de las alcantarillas. He salido poco a poco del vicio, la heroína ya no me hace el mismo efecto, a veces siento que gano horas de vida sin esa mierda corriendo por mis venas.
Deberías saber de ellos, están infectando todo. Andan por la calle y hacen lo que les parece apropiado. Es por ellos que dejé la droga, no podía seguir nadando en mi miseria mientras había tanta alrededor que no me pertenecía.
Ellos acabaron con él. Te puedo asegurar que estuvieron involucrados de algún modo. Uno no puede simplemente tener una muerte tan acertada. Era alguien tan importante para la Casa Grande que su desenlace carece de sabor, de algo de esa acción o terrible tortura que cualquiera podría imaginarse con facilidad.
Anduvo con nosotros un par de veces, nunca le gustó mi estilo. Joder, ni siquiera a ti te gustaba mi estilo. Sé que después de que supiste de toda esa agua sucia que rebosaba de los vasos y platos de los Mayores, quisiste salir. Te las arreglaste para encontrar una salida junto a esa linda chica. Eras joven entonces, y cuando se es joven se es estúpidamente ingenuo. No merecía el destino que elegiste para ella. Siempre te gustó lo fácil. Por ello fue que la despedazaron saliendo de la ciudad para tu encuentro. Nunca la viste de nuevo, lograste escuchaste el murmullo de la muerte a tus espaldas. Alguien te avisó de tu nueva y definitiva tragedia. Entonces no querías saber de mí por cruzarme de brazos ante las acciones de los Mayores en la ciudad, nuestra ciudad.
Antes de eso, en la Casa Grande las cosas estaban en control. Después de lo que le pasó a tu chica me dediqué a escabullirme en las sombras. Hombre, lo hice por ti. No había sabido nada del viejo grupo, de los pocos buenos tipos. Hasta que el teléfono sonó por días sólo para darme la noticia. La noticia de una muerte tan simple y vacía. Verás, él era como tú cuando era joven; pero no tuvo muchas tragedias que lo marcarán. Simplemente nació para ser un hijo de puta duro.
Estando yo oculto como rata, el seguía con la frente en alto, enfrentando a los Mayores como pudo, hasta que un mal más oscuro se apoderó de la Casa Grande.
Lograron deshacerse de él y lo marcaron. Lo marcaron con algo que nunca supe.
Un día llegó una carta anónima a la casa. Al día siguiente me enteré de su muerte.
No fue casualidad: en la carta estaban todos tus datos. Por eso ahora es tan sencillo revivir el lazo que mantuvimos por un tiempo.
Soulé, necesitamos quitarlos de la Casa Grande, estoy seguro que sería un buen detalle para hacer su muerte valiosa. Regresa a esta ciudad podrida, podemos curarla desde el interior. Justo como querías en los viejos tiempos. Ahora eres un hombre y yo casi un anciano, pero te prometo que no fracasaremos esta vez.
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